domingo, 16 de octubre de 2011

Chocolate

Pero también con la pasión, y fue exoplotado por los fabricantes.

En los envoltorios de pastelitos de chocolate aparecen a menudo escenas domésticas de madres en la cocina, las primeras latas de cacao representaban a una doncella o a los propios padres sirviendo una nutritiva taza de chocolate a un niño o niña, y muchos publicitarios trataban de enfatizar el carácter de alimento integral del chocolate con unos carteles en los que se veía a niños sanos y hermosos tomando tazas de chocolate al aire libre.

Las primeras cajas de bombones mostraban imágenes de jovencitas, flores y gatitos. El chocolate desempeña un papel importantísimo entre los niños del mundo entero. Los regalos de Navidad, los huevos de Pascua, regalos de aniversario, las recompensas de muchos padres tratando de conquistar a sus vástagos para que se comporten como es debido.

Habiendo sido educados en este apasionado amor al chocolate desde nuestra más tierna edad, no es extraño que hayamos mantenido este ardor hasta mucho más allá de los años de nuestra infancia.

El chocolate, desde hace mucho tiempo, ha sido asociado con la pasión y su reputación como afrodisíaco.

Es un alimento cuya ingestión produce sensación de bienestar en el organismo. Esto ocurre porque este alimento contiene una serie de componentes con propiedades euforizantes y estimulantes.

El chocolate es un producto universal. Con un aroma intenso que nos hace salivar al instante, consumir chocolate nos estimula y produce un placer innegable. Además el consumo moderado de cacao es beneficioso para la salud ¿qué más se puede pedir?

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